La mejor joya que puede tener una mujer alrededor del cuello son los brazos de su hijo

jueves, 20 de enero de 2011

Reflexiones de importación... sobre la tele

Os dejo una reflexión del blog "Cuatro en la Cama" realmente interesante... después de pedir permiso a su autora, os le copio para q la disfruteis vosotros también.

Gracias Cuatro en la Cama!!!


Mini-reflexiones de antes de dormir

Todos están convencidos de que ver demasiada televisión es nocivo y nadie sabe cómo hacer para que los niños no abusen de ella. El recurso más socorrido es el de la reglamentación rígida tipo: “sólo una hora al día”, “sólo un dibujo animado”, “si la enciendes ahora no podrás ver tu programa favorito”, y otras fórmulas por el estilo. Son reglas sensatas, pero que los niños no pueden comprender porque a menudo deben apagar el televisor para no hacer nada. Significa vivir un continuo conflicto con los propios hijos que los padres prefieren evitar para no comprometer el poco tiempo que pasan con ellos. Tenemos otra solución, mucho más sencilla, mucho menos conflictiva, que nos sugieren los propios niños. Diversas investigaciones, incluso muy recientes, realizadas en Italia y otros países, demuestran que la inmensa mayoría de los niños pone en el primer puesto de sus deseos jugar con los amigos. La televisión aparece en general en segundo puesto y a mucha distancia. Es suficiente buscar la manera de que los niños puedan salir, encontrarse y jugar juntos, y habremos resuelto también este grave problema educativo.
También con respecto a la televisión, como a propósito de la casa, se habla mucho de nuevas soluciones que apunten a una mejor programación para los niños. De nuevo y con fuerza reitero mi desacuerdo. No quiero una televisión mejor si ello sirve para permitir que los padres dejen aún más tiempo a sus propios hijos en brazos de esta cómoda “canguro”, seguros entonces de que verán sólo buenos programas. Busquemos la manera en cambio de que los niños puedan pasar el tiempo libre jugando con sus amigos fuera de casa y en ese caso habrá alternativa y valdrá la pena luchar por una buena televisión para niños. Que pueda suceder entre amigos que están jugando libremente alguien diga: “Hoy es jueves, son las cinco, volvamos a casa a ver ese programa, merece la pena!”
Antes de dormir ayer reflexionaba sobre esta página que leí hace tiempo en el libro “La ciudad de los niños” de Francesco Tonucci, porque pensaba en cuánto me gusta la rutina que hemos establecido últimamente en casa, que creo vale la pena comentar… Merendamos, los niños se bañan, nos lavamos los dientes, se ponen las pijamas y ven un poco de televisión. No es necesario decirles que es “media hora” o “un programa”, porque entonces mis preescolares me saltarían con súplicas: mejor dos! Que sean dos! Cinco minutos más! Etc… En cambio, me ahorro el papel de represora y aplico mi “estrategia” basada en dos principios, mi sistema de las tres llamadas y mi apelación al Continuum:
- Primera llamada, “título del libro en curso”, primera llamada… y me voy a poner mi pijama.
A los cinco minutos o algo así: - Segunda llamada, “título del libro en curso” -claro está, dicho con un tono de despertar el interés en mi público-, segunda llamada… preparo la cama, y me acuesto ya con el libro.
Un rato después, para este momento ya tengo a uno si no es que a ambos niños listos a mi lado, con sendas cobijas y atentos a: - Tercera llamada, comenzamos!
Si alguno de los dos no ha acudido para este entonces no me inquieta, porque ha sucedido que al segundo o tercer renglón de la emocionante historia llega el disidente e implora: comienza de nuevo mamá! Otra vez desde el título!
Y la televisión, causa de tantos conflictos en otros lados, en mi casa se queda sola en otra habitación, muchas veces incluso encendida y es papá quien al pasar la apaga porque nadie la está viendo…
Bien lo dice Tonucci, el conflicto surge cuando se les pide/obliga a los niños apagar la tele para no hacer nada… En mi casa la televisión no está prohibida, ni reglamentada, ni mucho menos…Nunca lo hemos considerado necesario, es una alternativa tanto para los niños como para los adultos. Es una opción para gastar el tiempo cuando no hay nada mejor qué hacer: escuchar una emocionante historia en brazos de mamá-papá/salir a jugar con amigos/etc…
Invito, a quien se atreva, a hacer la prueba de competir contra la televisión, no con argumentos sino con acciones. Si le ofreces a tu hijo tiempo compartido ganas con una ventaja apabullante, lo aseguro. Claro que tiene que haber unas premisas, yo detecto dos por lo menos: primero, lo que le ofrezcas a cambio debe ser de SU absoluto interés, y no precisamente del interés del adulto. Y segundo, para estar con los niños hay que ESTAR, así, con mayúsculas. Si decides dedicarles quince minutos del día, que sean enteros, que sean auténticos, sin pensar en otra cosa que te aleje -–qué voy a hacer de cenar, cómo cuadro esas cuentas, ahora que terminemos de jugar voy a…--. A mi como me apasiona leer he encontrado en la literatura la forma de bajarme del mundo adulto para, a través de una historia compartida, en un “mundo otro”, dejar fluir el tiempo entre mis hijos y yo sin distractores. Pero estoy segura que habrá otras formas, tantas como cada uno de nosotros.
Definitivamente creo que nuestra mejor herramienta como padres que no usamos el regaño-castigo-golpes-coartación, es la creatividad. Hay que ser creativos para no recurrir a los caminos fáciles (usar la fuerza física o psicológica). No somos enemigos de nuestros hijos, no estamos en guerra. No olvidemos que los amamos por sobre todas las cosas.


Os dejo en enlace del blog, merece la pena pasear por el: http://www.cuatroenlacama.com/

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